Con el gran nivel de Kenji Cabrera y la llegada de Jefferson Cáceres a Inglaterra, la selección peruana necesita aprovechar más que nunca a sus extremos. La ‘Blanquirroja’ está fuera de la pelea por el Mundial y suma su tercer cambio de entrenador en menos de tres años. Sin embargo, al menos este último deja atrás un 3-5-2 que apagó la ilusión de la hinchada.

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Volver a lo que funcionó

Óscar Ibáñez no es el técnico que la hinchada peruana soñaba, sobre todo tras los nombres que sonaron para el puesto. Aun así, hoy cumple un papel clave. En un momento crítico, debe darle protagonismo a los extremos, relegados tanto por Juan Reynoso como por Jorge Fossati en sus etapas como entrenadores de la selección peruana.

Su alineación preferida, el 4-2-3-1, trae recuerdos de la era Gareca y, más importante aún, le devuelve a la selección la movilidad por las bandas. Tras tres años atados a una línea de cinco o tres, que exigía físicamente a jugadores formados para la creatividad, este cambio busca recuperar el ‘chocolate’ que se había enfriado.

Los nuevos bandas de la selección

Kenji Cabrera se ha convertido en uno de los jugadores que la hinchada más ha exigido en el último año y medio. Pero, ¿por qué ignorar a uno de los mejores de la Liga 1? La única explicación era el gusto de los anteriores técnicos, pero su brillo en partidos clave, como el de ayer ante Tolima, ya no puede pasarse por alto. Es un jugador más que listo para jugar con la selección.

Su excompañero en Melgar, Jefferson Cáceres, quizá nunca tuvo los mayores minutos, pero su salto a Inglaterra marca un regreso a un nivel que parecía lejano. Aún sin debutar en el Sheffield United, sus destellos en la Liga 1 mostraron su potencial. Tanto él como Kenji fueron entrenados por Marcos Valencia, quien pulió su talento en Arequipa. Ojalá Cáceres pueda consolidarse en el extranjero y no vuelva a un club nacional hasta sus últimos años.

Nombres como Maxloren Castro y Bryan Reyna no pueden quedar fuera. El juvenil de Sporting Cristal fue convocado por el ‘Nono’, pero nunca debutó, siendo el talento más interesante en salir del país en más de una década. En el caso de Bryan, sí tuvo minutos, pero necesita jugar pegado a la banda, no como ‘9’, donde lo intentaron encajar sin éxito.

Solo nos tomó tres años entender que la selección necesita la picardía que solo los extremos pueden aportar en la cancha. Somos Perú, no sé en qué dirección íbamos al apostar por un juego físico. La calidad y el talento nos llevaron a un Mundial tras 36 años, y es la única forma de volver a soñar con esa posibilidad.