Año 2011. Qatar Investment Authority adquiere el 70% de las acciones del Paris Saint Germain. Al año siguiente, adquieren el restante 30% y empiezan a llegar nombres como Zlatan Ibrahimovic, Ezequiel Lavezzi o Thiago Silva. El objetivo es claro (por buenas o malas razones): quieren llevar al PSG a lo más grande de Europa, convertirlo en un gigante y conseguir la segunda Champions para Francia. Sin embargo, siendo 10 de marzo de 2023, la Copa de Europa que ganó el Olympique de Marsella en 1993 sigue siendo el único título de esta índole para los aficionados franceses.

Y eso que no será hasta 2024 que vuelvan a tener una chance de alzarse con la presea más codiciada a nivel de clubes. Hoy en día, en tiempos de Fair Play Financiero, el PSG ha hecho lo que ha querido (como otros cuantos, eso sí). En el 2017, pagaron 220 millones de euros por Neymar (cifra récord hasta el día de hoy), 180M por Mbappé (sin contar lo que gana ahora con su renovación) y en el 2021 llegó Lionel Messi al club por un contrato de 37M al año por 2 temporadas. Simplemente, el dinero no ha alcanzado para cambiar la historia de un club sin tradición.

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Si me preguntan por qué el PSG fracasó este año, se me vendrían algunas razones rápidas a la mente. En el primer lugar hay que ver el 11 y el banquillo, pues es evidente el desbalance en la plantilla. La defensa y el ataque son élite mundial, pero el mediocampo no le llega a los tobillos al resto del equipo. Cuando ves los cambios que hicieron ayer ante el Bayern (Mukiele, Bernat, Ekitike y dos juveniles) y los comparas con los de su rival (Mané, Gnabry, Sané, Cancelo) ya puedes ir sacando algunas conclusiones.

Después está el tema del entrenador. Cristoph Galtier era probablemente el mejor entrenador francés (con el permiso de Zidane) que podías encontrar en el mercado, después de su heroica liga ganada con el Lille en la temporada 2021 y su buena temporada con el Nice en 2022. Sin embargo, es un entrenador que apenas había dirigido en Champions League. ¿Se puede trabajar en un proyecto ganador a su alrededor? Sí, pero Messi y Mbappé no te van a esperar 2-3 años hasta que la máquina arranque.

Llegados a este punto, ¿qué debe hacer el PSG? ¿destituir a Galtier y traer un nuevo entrenador? ¿desprenderse de Messi y Neymar, dándole a Mbappé las llaves del equipo? ¿traer a Zidane cueste lo que cueste? ¿comprar a todos los mediocampistas que haya en Europa?. No es posible responder estas interrogantes sin preguntarse primero… ¿Qué es lo que no ha funcionado en estos 12 años?

El dinero no compra una Champions League, estimado PSG

Es cierto que no hay una fórmula exacta para ganar la Champions League (preguntenselo al Chelsea), pero definitivamente hay cosas que se pueden mejorar para que el PSG sea un proyecto más estable. El primer paso para ganar es perder y fracasar. Al menos allí los franceses ya hicieron los deberes.

Después está el tema del entrenador. Es muy injusto que cada nombre que pase por el banquillo del conjunto capitalino solo sea juzgado por ganar la Champions o no. Tomemos el ejemplo del Manchester City. Pep Guardiola lleva años como DT de los “Cityzens” comiéndose decepción tras decepción en Champions, pero siendo muy eficiente a nivel local. Si algún día dejara su puesto vacante en Manchester a pesar de no haber levantado ninguna orejona, todos tenemos en mente el perfil de entrenador que sería su sucesor.

Crear una identidad como club refuerza el sentimiento de esperanza. Clubes como Chelsea, Manchester City o PSG tienen en común que crecen a partir de la inversión desmesurada de sus dueños, pero cuando pensamos en el primero, ya es casi una anécdota la millonaria inversión de Abramovich en los 2000. Cuando pensamos en el segundo, se nos viene a la mente lo dominante que ha sido en la Premier League y demás competiciones domésticas. Cuando pensamos en el tercero, pensamos en dinero.

Pero claro, aquí vemos otro gran problema. El Chelsea y el Manchester City compiten en Inglaterra, en la que es por pensamiento popular la liga más competitiva del mundo. La Ligue 1 está lejos de ser una liga que pueda darle bagaje competitivo al PSG. Si es que pierden la liga, parece más demérito de ellos que mérito de sus rivales. Al final juegas a un ritmo durante los fines de semana y en la Champions te llevas un golpe de realidad.

¿Cómo se soluciona esto? Pues no puedes cambiar a tus rivales domésticos, pero sí podrías tomar el ejemplo de Bayern Múnich. Un equipo con mucha historia, sí, pero que se caracteriza por pulverizar a sus rivales en la Bundesliga año a año. Cualquiera que titubee contra los “Bávaros” se lleva una paliza de antología, 4-5 goles por regla.

Una constelación de estrellas, ¿Qué hacemos con la plantilla?

Finalmente llegamos al tema jugadores. Creo que ya es sabido que la Champions no necesariamente la gana el “mejor” equipo. La Champions la gana quien mejor sufre, quien mejor golpea (figuradamente). El Real Madrid sumó su decimocuarta estrella siendo “peor” que sus rivales en casi todas las rondas, incluso en la final remató solo 2 veces al arco, y recibieron más de 20 disparos.

El Chelsea de Roberto Di Mateo que apenas logró terminar sexto en su liga se impuso al Bayern Múnich en el Allianz Arena en 2012, el milagro de Estambul protagonizado por el Liverpool en 2005, Porto y Mónaco llegando a disputar una final inédita en 2004. La Champions League a veces no es de nombres, sino de hombres.

¿De que te sirven Messi, Neymar y Mbappé si caminan la cancha cuando están perdiendo? Si para que el balón les llegue tiene que pasar por un mediocampista que podría estar jugando perfectamente en un equipo de media tabla. ¿Qué diferencias puede marcar Sergio Ramos en defensa si a su lado está un sub-21 de la cantera que tiene que dar la cara porque se lesionó el titular? El talento no siempre compra el sacrificio o la vigencia.

Los deberes del PSG son demasiados para un proyecto que pide una Champions ya, pero lo cierto es que ganar este torneo no es como resolver un problema matemático. Para llegar a él, tienes que hacer todo lo posible por estar cerca, hasta encontrarte con ese día en el que nada te va a salir mal. Hoy por hoy, pareciera que el PSG ve de lejos la posibilidad de ganar aquel trofeo tan preciado, pero en 2020 y 2021 estuvieron a poco, por lo que moviendo algunos engranajes, quizás los volvamos a ver cerca.El tema es mantenerse ahí, hasta que todos nos creamos que de verdad puedes llegar a ganar.