Christian Cueva: Que ese chocolate no sea amargo

El volante de la selección peruana tiene una nueva chance en el fútbol esta vez en Arabia Saudita. ¿Podrá ‘Aladino’ consolidar su fútbol?
Con la sonrisa pícara y unos ojos llenos de ilusión, Christian Cueva llegó hasta el lejano continente asiático para firmar por el Al-Fateh, club de la liga de Arabia Saudita y en la que deberá acoplarse a una nueva cultura. El fútbol le da una nueva oportunidad a ‘Aladino’ de poder seguir en órbita, que deberá entender sus objetivos y olvidarse de los malos ratos del pasado. ¿Acaso será esta la última oportunidad que Cueva necesita para que siga en un fútbol de alto nivel?
Llegó en el 2007 a Lima con el equipo de su tierra, Huamachuco, para enfrentar en un amistoso a la San Martín. En ese partido el pequeño y movedizo Christian Cueva dejó maravillado al profesor Víctor Rivera. Con los años, el ‘Chino’ lo adoptaría futbolísticamente y lo sabría encaminar en su estadía por la casa ‘santa’. Como todo hijo, tuvo que partir por mejores oportunidades y paseó su fútbol un tiempo más en el Perú. El talento de ‘Aladino’ fue innegable, era la esperanza de un fútbol peruano que llevaba años sin poder ofrecer un jugador de sus características, pero el punto de quiebre para el liberteño son sus decisiones fuera del campo. Decisiones que a la larga le han quitado crédito y que, consciente o no, él mismo ha vulgarizado su paso por el fútbol.
Sí, Christian no le debe nada a nadie. Ni a usted como lector ni a mí como escritor, pero sí debe comprender que su decisión por ser futbolista deberá -o debió- encaminarla y llevar siempre a ser el mejor. No cabe duda de lo que es en el campo: determinante cuando se le requiere, pero el tan llamado ‘Cuevita’ no fue completo. Su estadía por Chile en Unión Española y por España en Rayo Vallecano ya daban síntomas de que el círculo no cerraba. En ambos clubes terminó jugando para el equipo B, pues era necesario cerrar su formación como futbolista. El huamachuquino no lo entendió así.
Retornó al Perú a jugar por el equipo que él declara ser hincha, Alianza Lima, pero su paso fue manchado por una conducta inaceptable y que fue debate por muchas semanas, lo cual no le fue favorable. El tiempo pasaba y dejaba a Cueva en el ojo de la tormenta. Tormenta que fue apaciguada por el técnico de la selección, Ricardo Gareca, que con el pasar de los años ha hecho conocida su confianza por el escurridizo jugador. Hace poco dijo: «Todo lo que sea positivo es importante», refiriéndose sobre el fichaje del jugador nacional por el equipo árabe.
كويفا يجري تدريبات إنفرادية لتأكيد الجاهزية قبل مواجهة #الاتحاد. pic.twitter.com/NZonlGXUmW
— نادي الفتح السعودي (@FatehClub) January 27, 2021
Toluca, Sao Paulo, Krasnodar, Santos, Pachuca FC y Yeni Malatyaspor. Norteamérica, Sudamérica y Europa. Es innegable que el fútbol está siendo generoso con el peruano y es una alegría saber que tiene condiciones, que aún puede. Pero ese «chocolate» del cual siempre habla Cueva termina siendo amargo para quienes gustan verlo jugar. Su permanencia en México con Toluca fue de las mejores. Al pícaro jugador le valió para llevar la ’10’ en Sao Paulo, club con jerarquía pero en el que terminó mal: expulsado en Sudamericana ante Rosario Central y que se prestó para especulaciones que el mismo jugador pudo evitar.
Pasado el Mundial fue el turno de Krasnodar, lugar que le ofreció comodidades a ‘Aladino’, pero que simplemente las desaprovechó por «razones personales», según contaba Cueva. El quería estar más cerca de la familia.
Ese factor determinante, «la familia», ha llevado a Cueva a no soltar sus raíces. En cada ocasión que no mantuvo continuidad, se refugiaba en Trujillo junto a los suyos, ese sentido de permanencia solo indica que es mucho más feliz en su zona de ‘confort’ y que salir de su ‘hábitat’ le produce sensaciones no tan gratas.
Christian debe entender que ya no es un chico y que, a sus 29 años de edad, entiende a la perfección la magnitud de los hechos. Desde el Mundial ha estado en 4 equipos sin contar el actual y en ninguno de ellos pasó la barra de 10 partidos, al menos. Ni con Sampaoli en Santos o Hamza Hamzaoğlu en Yeni Malatyaspor tuvo buena relación. Cueva afirmaba que «no entendían su juego -por Sampaoli-» o «es injusto con los sudamericanos – por Hamzaoğlu-«, pero nunca existió una autocrítica de por medio.
Se espera que Christian Alberto Cueva Bravo no esconda su buen talento en el Al-Fateh, que encuentre la regularidad esperada y que, en consecuencia, no desaproveche la oportunidad que le brinda el fútbol. De él dependerá seguir al llamado de la Selección. Que no se excuse más y se dedique a jugar bien dentro y fuera del campo. Queremos, pues, que ese famoso ‘chocolate’ siga vigente y no vuelva más a ser un dulce amargo.