Hace unas semanas, Ernesto Arakaki, director deportivo de menores en la FPF, conversó con GOLPERU y aseguró que -hasta ese entonces- se venía planificando el Torneo de Reservas tanto para Liga1 como para Liga2. Se decía incluso que sería obligatorio en la máxima categoría y facultativo en la Segunda División y parecía todo estar encaminado. Hoy, todo es incierto a causa de la coyuntura sanitaria que atraviesa nuestro país. Las divisiones menores y las reservas de los clubes se limitan a entrenar de manera virtual, aún sin saber si tendrán competencia el presente año.
Parece ser cuestión de suerte para algunos integrantes de las categorías inferiores el poder entrenar, pues solo realizan actividad física en un campo deportivo si son convocados a alguna categoría del Seleccionado Nacional o son promovidos al primer equipo. Sin actividad deportiva para los menores, se ven perjudicados los clubes a la hora de echar mano a sus canteras. También la misma escuadra nacional, pues recorta el universo de jugadores seleccionables.
La situación es realmente compleja y eso lo sabe muy bien Luis Carpio, jefe de la Unidad Técnica de Menores de uno de los equipos -quizás el más importante- en cuanto a la utilización de jóvenes en sus equipos: La Universidad San Martín. Tuve la oportunidad de conversar con él sobre el presente de las canteras, no solo del club ‘santo’, sino también de lo que se vive en cuanto a las menores aquí y la expectativa que tienen los futbolistas de las inferiores por tener algo de actividad en el año.
El momento de las categorías inferiores
¿Cuál es la situación actual en el club y sus divisiones menores?
Para todos fue algo sorprendente lo de la pandemia. Desde marzo del año pasado que hemos venido entrenando de manera virtual; por ahí que en el último trimestre pudimos abrir entrenamientos de manera gradual, pero de ahí todo retrocedió nuevamente. Actualmente, hemos encontrado variantes para poder continuar con el trabajo en las inferiores. Dinámicas, charlas y cuidado psicológico, de la mano con el entrenamiento en casa, son algunas medidas que tratamos de incorporar para poder reducir la brecha entre lo físico y tecnológico. Son pocos los “afortunados” que logran tener actividad física en estos tiempos, ya sea por convocatorias a la Selección en cualquier categoría o porque los promueven al primer equipo.
Sabemos que el primer equipo se encuentra en pretemporada, pero ¿cómo se preparan las categorías inferiores del equipo en plena emergencia sanitaria?
Es muy complicado porque no es un grupo pequeño, ahí entra a tallar la importancia de los padres de familia de cada uno. No hay entrenador que los pueda supervisar de manera presencial, por lo que queda en cada joven ser disciplinado y continuar con su preparación. Hasta que tengamos más claro el panorama en cuanto a la competencia de las divisiones inferiores e incluso del mismo Torneo de Reservas, seguiremos así.
Ahora que lo menciona, ¿cree que el Torneo de Reservas debería jugarse este año?
Mientras exista una buena organización entre los clubes y las autoridades, genial, pero no puede haber competencia si no hay salud. Nos hemos dado cuenta de que lo más importante en cuanto al contexto es eso y es lo primordial. Los jóvenes no están entrenando de manera física por motivo de protocolos. Es lo que hay que acatar hasta que se den medidas más flexibles y el retorno a los entrenamientos y competencia sea viable.
Retomando a lo de la preparación de los jóvenes ¿Cuánto riesgo hay que algún futbolista de las canteras no llegue a progresar de manera favorable en un contexto en el cual nadie lo supervisa presencialmente?
El riesgo está. Si normalmente hay casos en los que, por una camada de 20-21 jugadores no todos llegan a triunfar, imaginemos el panorama actual. Eso ya queda en cada uno sobre ser disciplinado y en la ayuda que siempre trata el club de brindarle al jugador de las divisiones, ya sea psicológica o deportiva. Considero que el joven siempre tiene dos caminos: Seguir entrenando y mantener la tolerancia hasta que pueda ser promovido, o tratar de buscar algún club que pueda darle continuidad.
¿Qué es lo bueno y lo malo que tienen las divisiones menores de los clubes en el Perú?
Lo bueno es la disposición de los jóvenes por aprender y las ganas por llegar a ser profesionales, que es lo que buscamos. Lo malo indudablemente es la poca inversión que se hace en cuanto a menores. Muchas veces ven al fútbol como una carga económica y no como una oportunidad. Eso afecta no solo a las canteras, sino también a los materiales que dispone el club y la infraestructura que es tan importante ahora. Si vemos hacia afuera, en Ecuador se hace un trabajo espléndido con Independiente del Valle en menores. Pasa lo mismo en Argentina con Boca, River y muchos otros ejemplos dentro del continente que hay que emularlos. Necesitamos que las empresas privadas se fijen más en nosotros. Hemos visto que Alianza, Universitario y Cristal lograron auspicios con empresas, pero sería bueno que se miren un poco a los demás clubes porque talento hay.
Para cerrar, ¿Qué necesita el futbolista de las categorías inferiores aquí?
Más allá de la preparación para la competencia, el joven necesita mostrarse, jugar y entrenar para ir trazando un camino que lo pueda llevar al éxito. Sería maravilloso si volvieran a televisar el Torneo de Reservas o los campeonatos de menores si vuelven a darse en algún momento. Eso en cuanto a lo deportivo. Todos los jóvenes deben formarse como personas de bien para la sociedad, y eso es lo que tratamos de forjar el club (USMP). Ellos antes de ser deportistas son personas, gente en la ciudadanía y se tiene que trabajar muchísimo en valores. La tolerancia, trabajo en equipo, ayuda, responsabilidad y compromiso son pilares necesarios para poder seguir sacando elementos importantes desde las inferiores.
El fútbol como inversión
No es secreto para nadie que el sector privado no ve a nuestras inferiores como una oportunidad ‘de negocio’. Cuando esta situación logre revertirse y se mire al fútbol como un mercado al que se le debe brindar apoyo. Podremos hablar de infraestructuras acordes a la competencia en menores, a divisiones que destaquen internacionalmente, a jóvenes que logran consolidarse a una edad corta. El presente de las canteras en equipos como San Martín no es alentador; sin embargo, esto podría disminuir con una buena planificación a futuro y con el compromiso de todos los que estamos inmersos en el fútbol por hacer de nuestras categorías inferiores las más destacadas a nivel continental.