Perú empató 0-0 con Ecuador en el Estadio Nacional de Lima por la jornada 16 de las Eliminatorias Sudamericanas. Fue un partido que dejó más preocupación que esperanza. La Selección Peruana volvió a mostrar sus limitaciones ofensivas, y aunque rescató un punto ante una selección competitiva, el resultado no ayuda en su lucha por clasificar al Mundial 2026.

Con este marcador, Perú sumó apenas 12 puntos en la tabla de posiciones y se mantiene en el penúltimo lugar. Lo más preocupante es que, en las últimas tres fechas disputadas, solo ha anotado un gol, lo que refleja la falta de contundencia en ataque, una de las grandes deudas del equipo.

¿Qué necesita Perú para soñar con el repechaje?

A pesar del mal momento, Perú aún no está eliminado matemáticamente. El objetivo es alcanzar el séptimo lugar de la tabla, que otorga el cupo al repechaje. Actualmente, esa posición pertenece a Venezuela, que tiene 18 puntos y una diferencia de goles de -4. La blanquirroja, en cambio, solo suma 12 unidades y arrastra una diferencia de goles de -11.

Eso significa que, en los dos partidos restantes, Perú no solo debe ganar todo lo que le queda, sino también esperar que Venezuela y Bolivia pierdan puntos en cadena. Además, será vital mejorar la diferencia de goles, lo cual luce cuesta arriba considerando el pobre rendimiento ofensivo mostrado hasta ahora.

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¿Milagro o utopía?

Las chances son mínimas, pero no inexistentes. El fútbol ha visto remontadas imposibles y milagros inesperados. Para que eso ocurra, Perú necesita encontrar una versión completamente distinta a la mostrada en estas fechas: más sólida, más efectiva y, sobre todo, más convincente.

El desafío no es solo deportivo, también es emocional. La afición se siente desencantada, pero una pequeña parte del país se aferra a la estadística, a ese margen que aún permite soñar, aunque sea con una velita encendida.

La ilusión aún sigue viva

El camino a Estados Unidos 2026 está casi cerrado para Perú, pero mientras las matemáticas no digan lo contrario, el equipo tiene el deber de competir hasta el final. En el pasado, la blanquirroja supo sobreponerse a escenarios adversos, y aunque este sea uno de los más complicados en años, aún hay motivos —por más escasos que sean— para creer.