En este día tan importante para muchas, recalquemos que la unión hace la fuerza. Sigamos demostrando que el fútbol no es solo un deporte para hombres ni una cuestión de género, sino de preparación. Todos los equipos femeninos de nuestro país tienen la capacidad y el talento para jugar este deporte tan apasionante. Que nadie les arrebate la ilusión, que nadie le diga a la mujer que no puede.

Muchas crecimos viendo partidos de fútbol. Anhelábamos jugar y parar una pelota de pecho, cabecear o competir como lo apreciábamos en los estadios. Lo más importante para todas era sentir apoyo principalmente de nuestro hogar. Luego de ciertos regaños y reiteradas veces que quizá nos decían que dejemos el fútbol, por fin pudieron comprender que lo que verdaderamente nos hacía y hace feliz es este emotivo y divertido deporte.

No nos olvidaremos la felicidad que sentíamos al ver un espacio de aprendizaje que nos ayudaba a mejorar la técnica. No olvidaremos la primera vez que compramos nuestros chimpunes y canilleras. No olvidaremos nuestro primer partido, la primera tarjeta, la primera vez que sentíamos que nosotras también teníamos habilidad con el balón y capacidad de entender este deporte.

(Foto: Facebook Universitario de Deportes)

El sueño de muchas mujeres

Tampoco podremos olvidar ciertos paradigmas que nos imponía la sociedad por el simple hecho de ser mujer. Conforme crecía me daba cuenta de lo errado que estaba el mundo, de lo expuesta que podía estar la jugadora solo porque quería hacer lo que realmente le apasionaba: jugar al fútbol. Casi nadie de nosotras estuvo y está libre de rechazo o discriminación. Lo atribuyo a que, a veces,  la ignorancia es muy atrevida y que por ello teníamos que «aguantar» algunas expresiones como: «¿por qué no te vas a cocinar? «la mujer no juega fútbol» «que tosca se te ve» «este es un deporte de hombres».

Lidiar con ello no es ni ha sido nada fácil. El hecho de ser mujer no nos limita y esto aplica para todo. El fútbol es una plataforma de transformación que puede cambiar socialmente nuestro país, pero parece que no se dan cuenta de ello.

Fabiola Herrera se ha convertido en una referente del fútbol femenino. (Foto: Facebook Universitario de Deportes)

¿Qué tan lejos está el Perú en el tema del fútbol femenino? ¿Qué tan lejos puede estar una jugadora de tener la posibilidad de migrar y jugar por otro equipo? Quizá esté muy lejos y hoy no queremos ver la realidad. A pesar del talento, de la capacidad que muchas demuestran en cancha, la falta de apoyo sigue impidiendo que reconozcan el trabajo y esfuerzo.

Un hecho para la historia

7 de diciembre del 2019, se sentía la presencia de la hinchada en el Estadio Nacional, el aliento en las tribunas de oriente y occidente. Era la primera vez que una final del torneo femenino se televisaba. Se trataba de la final del campeonato femenino que Universitario de Deportes campeonó ante Alianza Lima. Era emocionante la presencia de los fotógrafos y las ganas que tenían los reporteros de entrevistar a las jugadoras al terminar el partido. Muchas, por no decir todas, estábamos felices por este gran avance y apoyo al fútbol femenino

Parecía que las cosas iban bien, parecía que la sociedad había dado un paso en el fútbol femenino, esa esperanza que todos teníamos después de algunas marchas constantes en las que reclamábamos igualdad. El momento aparentemente había llegado, pero nos volvimos a equivocar.

Universitario venció a Alianza Lima en la final regional del fútbol femenino 2019. (Foto: FPF)

Al parecer todo volvió a la normalidad. Luego de ello, los estadios se veían vacíos y recibían a las chicas en campos deteriorados. Con el pasar del tiempo, la gente se empezó a olvidar de los nombres de las jugadoras, lo cual nos demostraba una vez más que la historia del fútbol femenino pasaba a segundo plano.

La nueva normalidad

Año 2020, el Covid-19 llegó a nuestro país y se convirtió en el enemigo principal. Todos los partidos se suspendieron y los entrenamientos quedaron paralizados hasta nuevo aviso. Universitario de Deportes anunció los problemas internos y conflictos legales. Es por ello que tomaron la decisión de desvincular a muchas de las integrantes del equipo femenino, de todas las que lograron llevar a Universitario de Deportes a una Copa Libertadores.

El equipo femenino trabajó casi un año de manera virtual y luego de tanto reclamo por parte de las jugadoras, pudieron revertir la situación. Universitario ha entrenado 15 días de forma presencial para un torneo tan importante. Mientras tanto, la institución y la Federación Peruana de Fútbol se responsabilizaban entre sí.

Tomaron decisiones minimizando la importancia debida sin importar los goles, talento y empuje que dio en su momento el cuadro ‘crema’ para que el país llegue a un torneo internacional femenino. No bastó ser una futbolista profesional comprometida, una mujer luchadora, una referente para muchas generaciones de mujeres.

Jugar no es fácil y menos si no entrenan en condiciones óptimas. No critiquen, no juzguen, no pidan que los resultados sean favorables porque la realidad de este equipo y el de todos en nuestro país, es otra. Muchas corren riesgo de lesiones por falta de práctica y aún así asumen este desafío. Así las jugadoras hayan perdido ante América de Cali y Corinthians, no podemos hacer a un lado el esfuerzo y valentía con la que entraron a la cancha.

Universitario disputa la Copa Libertadores femenina 2021. (Foto: Twitter Copa Libertadores)

Las jugadoras hoy en día, necesitan recibir lo mínimo que requiere una futbolista para profesionalizarse y eso se resume en una palabra: Apoyo.