El FC Barcelona es uno de los clubes más importantes de Europa, pero su última temporada lo puso como carne de meme. Es verdad que el equipo catalán vive en su sube y baja constante combinando dolorosas eliminaciones europeas con títulos de liga o clásicos ganados de forma contundente. Sin embargo, la última temporada fue la epítome de lo surreal.

Xavi Hernández comenzaba la que debía ser una temporada de consolidación tras ganar el título de La Liga en la temporada 22/23. Los objetivos estaban claros: ganar algún título nacional y volver a ser competitivos en la Champions League. El resultado final fue una eliminación (tras remontada) contra el PSG en condición de local y acabar La Liga a 10 puntos del Real Madrid. A pesar de estos malo resultados lo realmente sorprendente fue el culebrón de Xavi. 

El español había anunciado a inicios de años que se iría del club al finalizar la temporada; a pesar de reafirmarlo varias veces a pocas semanas para que se acabe el torneo comunicó que la directiva lo convenció de quedarse un año más. Finalmente, el club cambió de parecer solo unos días después y comunicó que finalmente habría cambios en el banquillo. Toda la situación acabó con la designación de Hansi Flick como entrenador ‘Culé’ desde la siguiente temporada. 

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¿Quién es Hansi Flick?

“La filosofía que tiene encaja muy bien con la mía: posesión del balón y fútbol ofensivo son aspectos que me gustan (…) Gané títulos con el Bayern Munich y tengo hambre de seguir ganando, quiero lograr lo mismo con el Barcelona”, decía Flick en su primera entrevista oficial con su nuevo club. 

El alemán fue un jugador bastante decente jugando 15 años con el Bayern y tres en el Koln. Ganó cuatro títulos de Bundesliga, una Pokal y alcanzó la final de la Copa de Europa en 1987. Eso sí, el mediocampista nunca fue convocado por la selección mayor. 

Su carrera como entrenador comenzó siendo compartido como jugador en 1996 con el Viktoria Bammental, equipo semi-profesional de la quinta división alemana. Su primera experiencia en el fútbol de élite se la dio Hoffenhaim. Estuvo casi cinco años con el equipo y logró ascender a la tercera división. 

Desde el año 2005 hasta el 2019 no fue primer entrenador de ningún equipo, pero estuvo como asistente del RB Salzburg y la Selección Alemana. Su regreso como dt principal fue julio del 2019 con el club de su vida, Bayern Munich. Los ‘Bávaros’ confiaron en la capacidad de Flick para trasladar su dominio local a toda Europa y los resultados no decepcionaron. Un triplete, el segundo en la historia del equipo, fue suficiente para que la ‘Mannschaft’ lo eligiera para suceder a Joachim Low.

Su desempeño con el equipo nacional se podría poner sobre la mesa. A pesar de jugar un fútbol bastante reconocible y dejar atrás las sensaciones de Rusia 2018, el resultado fue bastante similar. No logró superar la fase de grupos en la Nations League tras caer contra Hungría. Esa situación empeoró al quedar eliminado en Qatar 2022. Caer contra Japón fue decisivo para que España clasifiqué como segundo del Grupo E por diferencia de goles sobre los alemanes.

¿Qué puede esperar el Barcelona?

Los hinchas ‘Culés’ pueden ilusionar con esta llegada. A pesar de los malos resultados que obtuvo en su último paso como entrenador, su estilo puede acabar encajando con la filosofía del club. A pesar de no tener un fútbol de toque, la llegada del “Flicki-Flacka” puede ser una evolución al juego que se supone quieren los ‘Culés’. 

El alemán es conocido por proponer un juego vertical, de presión alta y gran desgaste físico. Además, la apuesta por lo jóvenes está dentro del ADN del entrenador. Esto último será realmente importante en un club llenó de canteranos como Fermín Rodríguez, Pau Cubarsi, Gavi o Lamine Yamal.