Francesco Cavagna Salazar es un futbolista peruano de 24 años que se desempeña como defensa central y lateral izquierdo. Sus primeros pasos en el fútbol nacional los dio en la Universidad San Martín, club en el que se formó. Posteriormente, en el año 2022, se sumaría a las filas de Atlético Grau, equipo en el que estuvo una temporada. En el año 2023 firmaría por Deportivo Municipal y defendió los colores de la academia hasta finales de la presente temporada 2024.

Como bien es sabido, Deportivo Municipal viene atravesando por una crisis dirigencial en la que sus jugadores se han visto realmente afectados. Desde su descenso a fines de la temporada 2023, todo fue de mal en peor, pues, a pesar de tener una buena actuación en Liga 2 el presente año, los ediles fueron inhabilitados para jugar, debido a problemas extrafutbolísticos. Por dicha razón, todo indica que Muni disputará el próximo año, la recién creada, Liga 3. En entrevista para Pase Filtrado, Francesco detalló la situación que pasó él y el resto de sus compañeros ante esta nefasta crisis institucional.

¿Cómo describirías la situación de Deportivo Municipal durante estos dos años? ¿Qué tanta responsabilidad tiene la dirigencia?

«En un inicio, cuando hubo el cambio de dirigencia el año pasado, nosotros pensábamos que la cosa iba para bien. El año pasado hubo problemas que al final se terminaron solucionando, problemas de pagos que terminaron recayendo en que juguemos la Liga 2 este año. Pero dentro de todo se cumplieron con los pagos y las promesas que nos habían hecho. Este año fue completamente diferente y creo que lamentablemente los encargados de manejar el club lo hicieron a mi parecer de una mala manera y se ve reflejado en que Muni ahora va a jugar la Liga 3 al parecer, en que tienen un montón de deudas y en que tienen un montón de cosas que subsanar para poder devolver al equipo al lugar que se merece».

¿Qué tan difícil fue disputar Liga 2, sabiendo que persistía el problema de incumplimiento de pagos?

«Si bien es cierto, lo que nosotros queremos es jugar y darnos a conocer, más aún representando a una institución tan grande como Muni, obviamente se hace complicado, porque muchos de mis compañeros tienen una familia que mantener, tienen muchos problemas por los cuales están pasando y netamente no te puedes concentrar en lo futbolístico, ya que hay mil cosas extradeportivas en tu cabeza que no te permiten enfocarte al 100 %. Nosotros sabíamos que iba a ser difícil, pero al inicio teníamos la esperanza de que todo se fuera a solucionar y poder competir de manera normal, como lo hicimos hasta que vinieron las sanciones. Lamentablemente, por temas extradeportivos de la dirigencia, nos vimos afectados y ya hace tiempo que no tenemos un partido. Creo yo que de haber estado regularizado los pagos, no me queda la mayor duda de que hubiéramos llegado por lo menos a las semifinales».

¿Crees que hubo una demora en hacer público el incumplimiento de pagos? ¿Consideras que esto se debió a una presión por parte de la directiva?

«De hecho, si algo tengo que reconocerle a la directiva, es que nunca nos metieron presión para que no digamos nada. Fue más un consenso del grupo el hecho de decidir competir, pues como te digo teníamos la esperanza de que en algún momento se solucione y no tener problemas. Nosotros seguíamos entrenando, pese a muchas dificultades que teníamos. Incluso, el último partido que jugamos que fue contra Santos que ganamos en Nazca, decidimos salir a la cancha los jugadores, porque las condiciones no estaban dadas para jugar, pero decidimos eso como grupo, ya que al final los que dan la cara y se ven afectados en principio somos nosotros. Más que nada fue por nosotros mismos que quisimos competir hasta que nos dejaron».

Dentro de toda esta crisis, ¿Sintieron el apoyo de la hinchada?

«La hinchada se portó de maravilla desde un principio, sobre todo, porque sabían que el club estaba en una situación difícil y siempre se mostraron de nuestro lado, nos apoyaron y fueron al estadio. Recuerdo haberlos visto en todas las canchas en las que jugamos: en Ayacucho, en Nazca, en Iquitos, pese a que el estadio estaba repleto de hinchada local, en partidos amistosos, etc. Siempre se hizo presente y nos dieron su respaldo. Entonces, por ese lado, nosotros también nos vimos en la obligación de representar a la franja con el máximo orgullo y respeto, porque sentíamos el respaldo de la hinchada. El tío Francella, por ejemplo, recuerdo que fue solo a Moquegua y nos lo encontramos afuera del hotel y conversamos. Él no podía creer la situación por la que estábamos atravesando, pero nosotros siempre tratamos de dar la cara y dar lo mejor. Y creo que lo hicimos, porque incluso, si miras el torneo, hay un momento en el que nosotros, con dos fechas que nos suspendieron, ya habíamos clasificado a la siguiente fase. Y después, al ver los resultados que se dieron en el hexagonal, veíamos nosotros que le habíamos ganado a Santos y ellos llegaron a la semifinal. Si nos dejaban competir yo estoy seguro de que el equipo iba a pelear el ascenso. Eso es lo que más bronca nos da, porque nos quitaron las alas a un pasito».

¿Puedes describir una situación en concreto que ejemplifique la dura situación por la que pasó el plantel?

«Sí, de hecho, no es secreto que un grupo de hinchas hicieron una colecta en una parte del año entre ellos y nos depositaron a los jugadores un monto de dinero por igual. Al ver esta falta de pago por parte de la dirigencia ellos optaron por hacer una recaudación, porque ya era insostenible. Otra anécdota es que nosotros estuvimos entrenando en un campo al que se le debía dinero, o sea estuvimos entrenando «gratis». También, estuvimos concentrando sin costo alguno en un hotel bueno en Pachacamac, porque el dueño era hincha del club y nos apoyó. Por otro lado, muchas veces en los entrenamientos, ya por el final del campeonato, no teníamos agua y teníamos que comprar bidones de agua nosotros. Un compañero mío, el uruguayo Diego López, se rompió la rodilla en un amistoso y demoró un montón el proceso de la operación, porque si mal no recuerdo el seguro médico no estaba pago. Las máquinas de terapia solo funcionaban a veces. Entonces, no teníamos la certeza de nada. A mí me ha tocado estar en un par de equipos que sí son muy profesionales y lo que viví este año no se lo deseo a nadie, porque es un estrés constante y hasta el día de hoy no tenemos respuesta de nada».

¿Qué tan importante fue la figura del «chino» Rivera ante tanta adversidad?

«El profe siempre se portó de maravilla con el grupo. Él es hincha y socio de Municipal. Tuvo ofertas durante el año para irse a dirigir a otro equipo, tal vez en una mejor condición. Pero él por amor al club se quedó. Nos transmitió el sentido de pertenencia de Municipal y formó un gran grupo humano, porque podíamos tener nuestras fallas como cualquier jugador de fútbol, pero el grupo era increíble, de los mejores en los que he estado. El chino y su comando técnico tienen toda la responsabilidad de ello, porque es difícil armar un buen grupo de personas antes que de futbolistas y eso fue lo que nos hizo lograr ciertos objetivos a corto plazo, pero importantes. Entonces al chino, se lo he dicho, que siento un gran agradecimiento hacia él, porque lo dio todo hasta donde fue posible. Lastimosamente, al final optó por irse, porque estaba en todo su derecho y la situación no daba para más y en su lugar hubiera hecho lo mismo».

¿Consideras que la salida del profe Rivera empeoró la situación?

«Podría ser. Es que caímos en un limbo en el que no sabíamos qué iba a pasar. No sabíamos si iba a venir un técnico nuevo. Justamente vino el profe Abramovich. Estuvo un corto tiempo y después se dio cuenta que la situación no daba para más al ver que no íbamos a competir y se fue a su país. No teníamos campo donde entrenar y estuvimos un montón de tiempo sin entrenar. No recuerdo si fue un mes o un poco más. Luego, entrenamos en un campo sintético que no es lo adecuado para un futbolista profesional. O sea, condiciones que, sé que hay peores, pero en las que no te puedes desarrollar bien, porque no te sientes cómodo, pues no estás bien mentalmente y no te puedes enfocar al 100 % en el fútbol. Entonces es un poco de todo y ya al final entrenábamos, porque obviamente teníamos contrato hasta que acabe el campeonato, pero entrenar sabiendo que no vas a jugar el fin de semana y el resto de equipos sí, es como que… ¿para qué? ¿entiendes? Es una sensación horrible que no se la deseo a nadie, porque la verdad este año la pasamos mal en cuanto a eso, pero, en cuanto al grupo, siempre fuimos profesionales nosotros. Nunca faltamos a un entrenamiento, nunca pusimos peros y si los pusimos fue porque ya era una medida que correspondía tomar al ver la inactividad de los dirigentes. Fue un año feo y espero que el próximo año no sea peor, porque así como veo la situación, si la cosa no cambia en diciembre que creo que hay elecciones, no sé que vaya a pasar con el equipo. Yo me encariñé con Muni, con su gente y entendí lo que significa. No me gustó ser parte de este problema, pero del equipo sí y me encantó. Y me encantaría volver a formar parte del equipo en unas mejores condiciones. Esperemos que esto se solucione más pronto que tarde, porque Muni es un equipo que merece estar en primera».

¿Qué proyectas para Deportivo Municipal en el 2025?

«Yo tengo entendido que hay muchos chicos que formaron parte del equipo este año que tienen contrato para el siguiente. Ahora, con todo esto, de que si Muni va a jugar Liga 3 o no, no sé si el contrato cambie. No sé como se manejará esa situación, ya que es la primera vez que se va a jugar Liga 3. No sé qué normas habrá, pero yo sé que hay buen material. Fuera de que hay muy buenos futbolistas, hay muy buenos chicos. Yo soy joven, tengo 24. Pero los que están ahí tienen 17, 18, 19 años. Entonces, son chicos que de verdad quieren triunfar y espero que puedan hacerlo sin preocuparse de que a fin de mes les puedan pagar, si a fin de mes les van a dejar competir, que solamente se enfoquen en jugar, porque el talento lo tienen. Y si se enfocan solamente en jugar, los resultados van a llegar, porque los chicos se matan entrenando. Y yo converso con muchos de ellos, porque me preguntan sobre qué novedades hay del club y me da pena no poder decirles nada. Porque la poca comunicación que yo tengo con los trabajadores del equipo, hace que yo no tenga novedades. Ya vamos a llegar a fin de año y tenemos una deuda de cuatro meses de pagos que es un montón. Mucha gente necesita el dinero para trasladarse nada más, porque muchos tenían el sueldo mínimo, que era para su pasaje de ida y vuelta al entrenamiento. Entonces yo espero que la situación se regularice al menos un poquito para que los chicos puedan competir el próximo año. Porque dentro de todo, sé que en la Liga 3 van estar presente las reservas de Universitario y Alianza, por lo que los chicos van a competir con gente su edad y si destacan ahí van a poder aspirar a algo mejor. Y eso es lo que yo les deseo a los chicos de Muni que se van a quedar».

¿Los jugadores afectados por el incumplimiento de pagos han tomado alguna acción legal?

«En conversación con la agremiación de futbolistas, yo en lo personal he presentado mi deuda, porque es una acción legal que ellos van a presentar a la federación y la federación hace un pronóstico de pago. Aunque la verdad, no sé cómo funciona exactamente, pero ellos son los encargados de ver ese tema. Yo ya metí mi deuda al gremio y sé que muchos de mis compañeros también, pero más allá de eso creo que no haré más, porque, como te digo, tampoco quiero perjudicar a Municipal, ni yo ni mis compañeros».

¿Qué se viene para Francesco Cavagna como futbolista?

«En el corto plazo, la verdad mantenerme en forma de aquí a fin de año. Mi objetivo es estar en Liga 1 el próximo año, espero que se dé. Sinceramente creo que hice un buen año, dentro de lo poco que jugamos, porque obviamente nos vimos afectados por todo lo que atravesó Municipal. Creo que lo hice muy bien, jugué en un buen nivel. Siento que estoy preparado para cualquier cosa que venga. Ahora vi que Atlético Grau, equipo en el que estuve, clasificó a Copa Sudamericana con el profe Comizzo y muchos de los chicos con los que yo compartí en el 2022. Entonces me encantaría volver a Grau. Es un club que se está profesionalizando cada vez más y es uno de los clubes que subió de Liga 2 a competir y los resultados de ese esfuerzo se están dando ahora. Esperemos que siga en alza el equipo, porque mientras equipos se profesionalicen, el fútbol peruano va a crecer y vamos a tener muchos mejores jugadores. Eso sí, me encantaría estar en Liga 1 el próximo año, pero lo que yo quiero a un corto plazo es mantenerme en forma, porque las oportunidades llegan en el momento que menos te lo esperas y, si no estás preparado, por ahí que la opción pasa y si no la tomas no te vuelve a llegar. Mi objetivo como te digo es jugar Liga 1, pero obviamente no le cierro las puertas a Liga 2, porque este año, pese a los problemas, tuve un buen rendimiento y sé que puede ser un trampolín importante si es que haces un buen torneo, en condiciones normales, como le pasó a un amigo mío que ahora está en Alianza, Erick Noriega. Entonces no hay que pensar que la Liga 2 es un mal torneo, al contrario, hay que tomarlo como un reto para ponerte a prueba y que desde ahí tengas un impulso para el resto de tu carrera, yo lo veo así».