Eliminatorias Sudamericanas: los números de Perú en los últimos procesos al Mundial
El formato clasificatorio cambió desde la Eliminatoria a Francia 1998.
El formato clasificatorio cambió desde la Eliminatoria a Francia 1998.
Perú no tiene tan buenos recuerdos de las clasificatorias si retrocedemos hasta 25 años. Una vez que la FIFA y CONMEBOL acordaran que pasaríamos a jugar una especie de liga, fueron más las veces que estuvimos lejos del sueño mundialista. Echémosle un vistazo a cada proceso y nuestro resurgir en el fútbol mundial.
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Sin duda, el camino al Mundial de Francia significó ir de menos a más. Comenzamos con una dura estadística, con 9 puntos de 24. No obstante, la segunda ronda fue una completa lavada de cara para los dirigidos por Juan Carlos Oblitas. Una victoria en Barranquilla (Colombia), Barinas (Venezuela) y otros resultados positivos en casa nos dejaban hombro a hombro con Chile.
Lamentablemente, en la penúltima fecha visitábamos Santiago y nos propinaron un 4-0 en un cotejo que muchos califican hasta el día de hoy como atípico por como venía jugando Perú. Aún así, en la última fecha vencimos a Paraguay en el Nacional de Lima y alcanzamos las 25 unidades. Lamentablemente, «La Roja» sumó de a tres ante Bolivia e igualamos en puntaje quedando por debajo, ya que la diferencia de gol favorecía a nuestros vecinos del sur.
Debutar ganándole a Paraguay y rescatando un empate de Chile hacía pensar que esta vez nos podría alcanzar, pero bien se conoce que lo difícil es mantener un buen nivel. A pesar de contar con jugadores en Europa y otras ligas importantes de Sudamérica, Francisco Maturana no pudo hallar cohesión entre sus dirigidos y solo obtenía chispazos como un empate en Montevideo (Uruguay), São Paulo (Brasil) y una victoria en Bogotá (Colombia). De resto solo dejábamos pasar puntos en casa y así ver como otros países seguían en la lucha por un boleto al mundial.
Nuevamente, creíamos en la vuelta a un Mundial cuando en la fecha 6 vencíamos a Uruguay en el Centenario, pero la alegría se nos borró del rostro una vez que Venezuela se llevó un punto de Lima, Argentina nos ganó a domicilio y Bolivia hizo respetar el Siles.
Para el inicio de la segunda ronda éramos novenos y, por más que dimos alguna señal de que nos podíamos levantar ganándole a Chile 2-1, esa sería la posición en la que nos quedaríamos. Tan solo para cerrar otro intento fallido, pasamos la localía al estadio Jorge Basadre de Tacna, donde vencimos a Bolivia por 4-1 y esperando que aquello que venga sea mejor. Desafortunadamente, se asomaba un episodio mucho más oscuro.
No hay peor proceso que este. Nuestra mejor posición fue el séptimo lugar que obtuvimos tras la primera fecha empatando en casa contra Paraguay, porque después de ello todo serían resultados negativos. Tuvo que pasar poco más de un año para ganarle a Venezuela en el estadio Monumental por 1-0. Seguido a ello, empatamos contra Argentina 1-1 en un partido recordado por todos por la algarabía que significó un empate en el epílogo.
Todos los demás encuentros fueron lamentables. Los siguientes cotejos sufrimos derrotas con excepción al 1-0 que le propinamos a Uruguay y otra victoria por la mínima ante Bolivia en la última fecha. Un total de 13 puntos y el décimo lugar fue el saldo de este accidentado proceso, donde conoceríamos a quienes verdaderamente seguían a la selección, cuando no teníamos por qué pelear.
Con Brasil clasificado por ser sede y con la misma cantidad de cupos (4 y medio) afrontábamos unas nuevas Eliminatorias Sudamericanas que renovaban nuestra ilusión. Más aún cuando volvimos a vencer a Paraguay en el debut por 2-0 y la prensa bautizaba al cuarteto de Pizarro, Varga, Guerrero y Farfán como «Los Cuatro Fantásticos». Para desgracia nuestra, caímos en un total de nueve oportunidades y solo trajimos a casa un punto en nuestras ocho visitas.
Si bien seis unidades significaron un respiro y empezar a sacar la calculadora, todo se fue cuesta abajo tras caer 1-2 con Uruguay y perder los papeles por la desesperación de ir abajo en el marcador. Más tarde tropezamos con Venezuela en Puerto La Cruz y oficialmente quedábamos fuera. Ya ante Argentina y Bolivia defendíamos el honor; sin embargo, solo empataríamos ante los altiplánicos sin público y le decíamos adiós a Brasil 2014, Sergio Markarián y, posteriormente, a muchos jugadores que creíamos indispensables.
En este proceso la clave para Perú fue no rendirse hasta el final. Comenzamos con el pie izquierdo en Barranquilla y perderíamos el «Clásico del Pacífico». Luego, no mantendríamos mucha regularidad y antes de llegar a medio camino nos sentíamos fuera. No obstante, un reclamo de Chile por mala inscripción de un jugador boliviano nos favoreció; ya que, en la misma doble fecha perdimos ante «La Verde» y obtuvimos los 3 puntos en mesa.
Esa pequeña ayuda valdría completamente la pena; debido a que, con mucho esfuerzo y buenos resultados vimos la luz al final del túnel y finalizamos quintos la eliminatoria. Esa casilla nos exigía disputar el último pasaje a Rusia contra Nueva Zelanda en partidos de ida y vuelta. Afortunadamente, empatamos 0-0 en Wellington y ganamos 2-0 en Lima, así volvíamos a la máxima cita del fútbol tras 36 años.
Nuestra última travesía con Ricardo Gareca no acabó como todos hubiésemos querido. Cuando muchos habían vuelto a creer en «La Blanquirroja» encarábamos las clasificatorias a Qatar con una mentalidad distinta. A pesar de llegar al sótano de la tabla en algún momento, los dirigidos por «El Tigre» no desistían del sueño.
A pesar del Covid-19 y una modificación en el fixture, Perú vivía una final en todos sus cotejos. Es por ello que mientras acababa la eliminatoria escalábamos de posición con más de una hazaña deportiva. Volvíamos a ganar en Venezuela y Colombia y cerramos haciendo respetar la localía ante Paraguay. Estábamos una vez más en el repechaje. Sin embargo, esta vez a partido único Australia nos vencía por penales y ponía de luto a todo el país.
Ese es el saldo que nos dejó el formato todos contra todos desde 1996: 6 eliminaciones y solo 1 clasificación al Mundial. Ahora inicia un nuevo proceso, con un nuevo entrenador (Juan Reynoso) y más chances de clasificar (6 cupos y medio). Pero como bien se aprecia, este es un torneo cambiante y cualquier cosa puede pasar.