Con la designación del Estadio Centenario de Montevideo como sede de las finales únicas de la Copa Libertadores (20/11) y Copa Sudamericana (06/11), se alarga aún más el récord de partidos definitorios con los que cuenta el histórico coloso. El estadio ha albergado, hasta el momento, 20 finales de Libertadores, muy por delante de las 11 recibidas en el Estadio Nacional de Chile y en la Bombonera. Será, además, la primera vez en la que se jugará ahí una final de Copa Sudamericana.

Así también, el Centenario se convierte en el tercer estadio en albergar una final única de Libertadores (luego del Monumental de Ate y el Maracaná) y también el tercero en recibir una final única de Sudamericana (luego del estadio General Pablo Rojas de Asunción y el Mario Alberto Kempes de Córdoba).

Inicio mundialista

El Estadio Centenario se construyó en 1930 para ser sede de la primera Copa Mundial de la historia. Su nombre se debe a que justamente aquel año se cumplía el centenario de la jura de la primera Constitución uruguaya.

El partido inaugural se jugó entre la selección anfitriona y la peruana, invitada a aquel Mundial. El marcador final fue de 1-0 para la ‘Celeste’, con gol de Héctor Castro, conocido como ‘El divino manco’ por un accidente que sufrió de niño que lo dejó sin el antebrazo derecho.

En la final de aquel campeonato, Uruguay derrotaría a la Argentina por 4-2, en medio de un ambiente caldeado producto de la rivalidad entre las dos naciones. Se cuenta que tan grande era el aire de hostilidad de parte de los aficionados locales contra la delegación argentina que Fernando Paternoster, defensor central albiceleste, declararía más tarde que les dijo a sus compañeros en el entretiempo, mientras iban ganando por 1-2: “Mejor que perdamos, sino aquí morimos todos”. En el segundo tiempo, los ‘charrúas’ remontarían y conseguirían su primer campeonato mundial.

El Estadio Centenario se construyó en una fecha tan cercana al inicio del Mundial que se dice que el cemento aún estaba fresco cuando se empezó a utilizar. (Foto: CONMEBOL)

Primeras tres finales de Copa Libertadores seguidas

La primera final de la Copa Libertadores de América se jugó en el mítico Estadio Centenario en 1960, cuando el local Peñarol venció 1-0 al Olimpia de Paraguay, lo que le serviría para salir campeón luego de empatar 1-1 en la vuelta.

Peñarol volvería a ser finalista en las dos siguientes ediciones. En 1961, lograría salir bicampeón de América luego de derrotar a Palmeiras, primero en el Centenario por 1-0, lo que le permitiría nuevamente ganar al empatar a 1 en la vuelta. En 1962, los aurinegros caerían en el Centenario por 1-2 frente al Santos y perderían la corona al perder goleados por 3-0 en el partido de desempate, al que tuvo que recurrirse luego de que los uruguayos ganaran por 3-2 en la vuelta. El gran extremo peruano Juan Joya estuvo presente en las 5 finales disputadas en estos años.

Tweet de Peñarol celebrando a Juan Joya, leyenda carbonera.

La primera final de Nacional (y copa para Independiente)

El otro gigante uruguayo, Nacional de Montevideo, jugó su primera final en el Centenario en 1964. El empate a cero conseguido en aquel estadio, sin embargo, haría imposible que pudiera levantar la copa, al caer por 1-0 en la vuelta contra Independiente de Argentina. El ‘Rey de Copas’ ganaba su primer trofeo.

Independiente ostenta el récord de mayor número de Libertadores con siete. (Foto: Club Atlético Independiente)

La negociación de Bilardo

En 1968, el Estadio Centenario recibió al Estudiantes de La Plata de Osvaldo Zubeldía, que se enfrentaba al Palmeiras. El partido, arbitrado por el colegiado peruano César Orozco, acabó 2-0 y le dio su primer título al club ‘Pincharrata’.

Se cuenta que antes de aquel partido, Carlos Bilardo, en ese entonces un inteligente mediocampista, ‘negoció’ con los recogepelotas para que se demoraran si iban ganando. El Estadio Centenario, entonces, presenció una de las ‘tácticas’ grises por las que el ‘Narigón’ se haría conocido como técnico.

Bilardo, sonriente abajo al medio, acompañado de su maestro, Osvaldo Zubeldía, y demás integrantes del plantel campeón. (Foto: El Gráfico)

El debut del ‘Bocha

En 1973, Independiente llegaba a la final con el objetivo de revalidar el campeonato conseguido el año pasado frente a Universitario de Deportes. En frente suyo se encontraba Colo-Colo. Luego de que ambos partidos de ida terminaran en empate se eligió el Centenario como sede para el partido definitorio.

En aquel encuentro, en el minuto 69, haría su debut en la competencia Ricardo Bochini, máximo ídolo de la historia del ‘Rojo’. Independiente ganaría 2-1 en el tiempo extra y levantaría por cuarta vez el trofeo de clubes más importante de Sudamérica.

Ricardo Bochini, leyenda de un solo club. (Foto: Club Atlético Independiente)

Primera definición por penales

En el año 1977, el Estadio Centenario albergaba nuevamente un partido de desempate. Esta vez los contrincantes eran Boca Juniors y Cruzeiro. Los equipos llegaban luego de cada uno haber ganado 1-0 el partido en el cual eran locales.

Aquel 14 de setiembre, el empate a cero no se rompería en el tiempo reglamentario, por lo cual se recurrió, por primera vez en una final de la competencia, a los disparos desde el tiro penal. El héroe para los ‘xeneizes’ (y verdugo para los brasileños) sería Hugo Orlando Gatti, también conocido como el ‘Loco’, al atajarle el quinto penal a Vanderlei. Boca consiguió de esta manera su primer título de Libertadores.

Gatti, siempre con su vincha característica, defendió con extravagancia muchos años el arco ‘xeneize’. (Foto: AS)

Cinco rojas y primera copa para el ‘Fla’

23 de noviembre de 1981. Nuevamente se escogió el Estadio Centenario como sede de un partido definitorio. Esta vez se enfrentaban Flamengo y Cobreloa. El resultado en el Maracaná había sido 2-1 para los brasileños, mientras que los chilenos habían vencido 1-0 en el Estadio Nacional de Santiago.

La violencia en ese partido es materia de mitos. Zico, leyenda brasileña cuyo doblete le dio su primera copa Libertadores al ‘Mengão’ aquella tarde, cuenta que Mario Soto, defensa central y capitán del equipo chileno, jugó con una piedra en la mano para golpear a los adversarios. También se cuenta que, al 89’, cuando Flamengo iba ganando 2-0 y la copa estaba asegurada, el estratega brasileño Paulo César Carpegiani, realizó un cambio para cobrarse la venganza. Nunes salió por Anselmo, quien tenía una sola misión, propinarle un golpe a Soto. La gresca resultante envío a ambos jugadores a las duchas junto con el chileno Eduardo Jiménez. Estos tres expulsados se unían a los dos que habían salido en el primer tiempo: Andrade en el Flamengo al 32’ y Alarcón en Cobreloa al 35’.

Zico, uno de los grandes ’10’ del fútbol brasileño, levantando una copa conseguida con sudor y sangre. (Foto: El Gráfico de Chile)