En su época favorita del año, Matías Succar decidió dejar la arena y el mar del sur peruano, para ir a cumplir su sueño al este de Austria, precisamente en Pasching, un pequeño pueblo a 10 km de la capital Linz. “Goleador” como el mismo se define, hoy vive en carne propia lo que muchos jóvenes futbolistas peruanos desean: jugar en Europa. Este nuevo reto en su carrera de fácil no tiene nada, y con él mismo estamos para conversarlo:

Matías, hace unos años te tocó salir de Lima para ganar minutos en un equipo de provincia. Fuiste al calor selvático para luchar por tus sueños, y hoy te toca acostumbrarte al frío austriaco para seguir en busca de ellos. ¿Te está costando adaptarte al clima y a la ciudad?

Es lo lindo del fútbol, te va presentando retos cada año que uno ni se imagina. Me tocó primero estar en la selva y acostumbrarme al calor y a la humedad allá, y bueno ahora este año me toca acostumbrarme a un clima totalmente diferente, al frío, a la nieve, a jugar con la nieve y con lluvia que es muy distinto. Pero poco a poco, no me desespero porque sé que es todo un proceso y voy con calma adaptándome día a día, cada día sintiéndome mejor.

Foto: Lask Linz

Sabemos que en el Lask Linz no compartes vestuario con jugadores latinoamericanos más que Andrés Andrade, defensor panameño. ¿Cómo es tu relación con el resto de jugadores? ¿Estás estudiando el idioma?

Si bueno, con Andrade tengo una muy buena relación, se hace muy fácil por el idioma. Y con los demás la verdad es que muy bien, me han recibido de una gran manera, casi todos hablan inglés y nos podemos comunicar sin ningún problema. Igual estoy tratando de aprender el idioma, estoy en clases que el club nos brinda y también unas particulares para tratar de aprender el idioma lo antes posible y poder comunicarme con fluidez, algo que de hecho ayudaría mucho dentro y fuera del campo en mi adaptación al país.

Matías junto a Andrés Andrade, defensor panameño, en su Instagram

Seguramente la decisión de dejar el fútbol peruano para dar el salto al fútbol europeo no fue nada fácil, ¿Qué fue lo más difícil que se te presentó en el camino a la hora de dar el “si” definitivo?

Bueno no fue tan complicado porque el jugar en el fútbol europeo ha sido un sueño para mí siempre y cuando se presentó la oportunidad, la verdad es que yo estaba muy emocionado por lograr esto que siempre he anhelado y por lo que he trabajado duro. Pero obviamente por el lado de la familia, las amistades, se hace un poco complicado tener que dejarlos de un día para otro, pero es mi profesión, son los sacrificios que hay que tomar, y eso lo tengo bien claro. Hay que hacer esos sacrificios para lograr grandes cosas.

Tu hermano Alex, quien hoy juega en Universitario, tuvo que tomar la misma decisión hace unos años cuando tenía casi la misma edad que tú, ¿qué te pudo comentar el de su experiencia en Europa y de que te viene sirviendo a ti los aprendizajes compartidos por él en este corto tiempo allá?

Si, Alex tuvo una experiencia muy parecida a la mía en una edad muy similar a la mía también, y obviamente ha sido un apoyo muy importante para mí en esto y en toda mi vida. Me aconsejó mucho, me adelantó muchas cosas de las que me iba a tocar ver, experimentar, y nada, me dijo que este preparado, y bueno eso me ayudó muchísimo para tener una idea de lo que venía y no sorprenderme tanto.

Hoy compartes vestuario con otro prometedor delantero joven alemán, Johannes Eggestein, ¿Cómo manejas la competencia?

Si la verdad que Eggestein viene haciendo las cosas muy bien desde que llegó, ha hecho muchos goles, pero creo que la competencia siempre es buena para todos. Siempre el competir por un puesto te lleva a esforzarte más, a entrenarte más, a ser mejor cada día y yo creo que eso siempre es bueno para todos los jugadores y sobre todo para el equipo.

¿Te ves en la selección para la convocatoria de Marzo?

Trabajo para estar. Espero que se pueda dar, pero tengo que ir con calma. Me parece que tengo que enfocarme primero en hacer las cosas bien en el club al que acabo de llegar, adaptarme lo más rápido posible para poder sumar minutos y así poder tratar de estar en la convocatoria. Pero si no se da, debo seguir con la misma actitud, el mismo trabajo y apuntar a la siguiente que de eso se trata el fútbol.

Foto: Prensa FPF

Matías, ¿qué es lo que más extrañas de Perú?

De Perú extraño a mi familia y mi casa, son cosas que se van a extrañar siempre pero hay que saber cómo sobrellevarlas.

¿Tu referente en Europa?

Luis Suárez.

Sabemos que le tienes un especial cariño por el profe Víctor Rivera y Municipal, ¿hay algún mensaje que te gustaría darle a él y a los hinchas ediles?

Al profe Victor y a los hinchas del club agradecimiento, total agradecimiento. Al profe por la confianza, por confiar en mi desde el primer día durante todos estos años, por todo lo enseñado, lo cual me ayudó a poder emigrar, poder mostrarme, crecer y madurar en la cancha y mejorar como jugador y como persona. Siempre estaré agradecido con él por eso. Y bueno al club por darme la plataforma y todas las armas para crecer también, y a los hinchas por todo el cariño que me brindaron desde el primer día. Siempre sentí una buena vibra con mi persona, me llegaban los mensajes por las redes sociales y la verdad es que voy a estar siempre agradecidos con ellos también por todo el cariño que me muestran hasta el día de hoy.

«Luego de 5 años, donde aprendí, crecí y disfrute un montón, hoy toca despedirme de mi querido Muni. Y no quiero hacerlo sin antes agradecerle al club y a cada una de las personas con las que me tocó trabajar.» dijo Matías Succar en su cuenta de Twitter.

Una última… ¿Si vuelves a anotar, te animas a dedicarle el gol al pueblo peruano haciendo una señal de franja en la camiseta?

Obviamente me gustaría dedicarle un gol a todo el pueblo peruano que viene sufriendo muchísimo. Es una etapa muy difícil por la pandemia y bueno, ahora estoy informado de que se viene nuevamente la cuarentena estricta y que va a perjudicar a muchas personas. Sé que son tiempos difíciles así que, si tengo la dicha de poder anotar un gol y dedicárselos, yo sería el más feliz de todos al poder darles aunque sea una pequeña alegría a todas esas personas que están sufriendo.